A Carlos Valenzuela le falta plata

El extraordinario esfuerzo realizado por el colectivo deltano, no fue suficiente.

De la mano de los medios de comunicación, con el apoyo de las autoridades, en una conjunción de voluntades pocas veces vista, se avanzó mucho, 1/5 de lo requerido, como para poder comenzar el tratamiento, con la certeza de que la mano de Dios llegará.

Esa primera avanzada, incorporando diales, cámaras y redes sociales, será el punto de partida de una gesta que habrá de devolverle a Carlos la motricidad y soltura que lo caracterizan.

Para el único locutor que anima de pie, cantando y bailando, es un verdadero trauma permanecer atado a una silla de ruedas.

Los próximos días sus hermanos de la radiodifusión y los medios volverán a la carga, las tareas no se dejan a medias y el mejor imitador de Armando Salazar lo merece, es menester seguir escuchándolo llegar en helicóptero y defender a muerte al Caracas, aunque haya perdido.

El Delta lo necesita.

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